Publicado el viernes 18 de septiembre de 2015
El primero incorporaba una pantalla rígida ligeramente curvada. El segundo contaba directamente con dos paneles independientes: el frontal de 5,6 pulgadas y otro más fino y estrecho en uno de sus laterales.
la compañía prepara un nuevo terminal con una pantalla plegable capaz de abrirse en dos y adquirir dimensiones más propias de un tablet.
Samsung anunciará el próximo mes de enero un smartphone de tapa con dos pantallas. Una principal en la carcasa frontal pensada para mostrar las notificaciones y utilidades más básicas, y otra interior en ambas partes capaz de doblarse. De esta forma, al abrirse el terminal dispondrá de dos paneles capaces de mostrar la misma imagen, pero más grande..
"Un teléfono con una pantalla plegable capaz de adquirir unas dimensiones similares a las de un tablet podría ser exactamente lo que Samsung necesitase para recuperar clientes. Exactamente igual a como ya sucedió con el primer Note gigante y el lápiz S Pen, un phablet que nadie tenía y del que se vendieron diez millones de unidades en sus primeros nueve meses de vida. Todo un hito para un dispositivo de alta gama en aquella época", ha explicado a EL PAÍS Carlos García de la Barrera, Jefe de Sistemas de la compañía tecnológica española Lextrend Information Technologies.
El nuevo móvil de Samsung vendrá en dos versiones: una con un procesador Snapdragon 620 y otra con un Snapdragon 820. Este último contará con 3 GB de RAM, una ranura para tarjetas microSD y una batería no extraíble.
Según Carlos Turró, ingeniero en Telecomunicaciones de la Universidad Politécnica de Valencia "una pantalla curva no plantea problemas si es dura. Solo necesitas estirarla y combarla. Doblarla y desdoblarla es mucho más complejo. Ahí es donde los mecanismos interiores sufren. Para que algo se vea en una pantalla tienes que llevar electricidad, lo que se consigue con hilos eléctricos que van a una especie de controlador. Si los doblas o sometes a fricción constantemente tenderán a estropearse. Ese es el principal problema al que se enfrentan los fabricantes", añade.
Es decir, que el problema no es conseguir que se abra y cierre, sino que aguante intacto el tiempo que dura de media la vida de un teléfono móvil.