Publicado el viernes 7 de agosto de 2015
El vehículo pudo acelerar, frenar, ir marcha atrás, e incluso trabar y destrabar las puertas aún que no fue posible hacerlo doblar. El automóvil fue controlado a través de un “headset” con 16 sensores, los cuales enviaron impulsos desde el cerebro para que una computadora los analice, decodifique y convierta en instrucciones de conducción.
Duang Feng, profesor asociado del departamento de informática de la Universidad de Nakai, sostuvo que si bien la tecnología ya está madura, aún queda cierto margen para mejorar.