Publicado el viernes 19 de junio de 2015
Para su segunda versión, el Fairphone2, la compañía apunta a hacer un dispositivo fácil de arreglar, que alargue su vida útil y reduzca el impacto que este tipo de dispositivos tiene en el medio ambiente (y en el bolsillo de muchos de sus usuarios).
No es un desafío menor: en la medida en que los fabricantes han ido buscando aprovechar cada milímetro cuadrado disponible en los nuevos smartphones, han ido optando por configuraciones y hardware que, en muchos casos, es difícil de reemplazar, porque no admite el cambio de un único componente, sino de todo un bloque de ellos, además de usar carcasas selladas, etcétera. De hecho hay firmas como iFixit que evalúan la facilidad para arreglar uno u otro modelo.