Los cinco consejos del papa Francisco "para usar bien la televisión e Internet"

Publicado el miércoles 10 de junio de 2015




  1. Saber elegir

Hay que saber elegir los programas, y esta es una responsabilidad nuestra. Si veo que un programa no es bueno para mí, me echa por tierra los valores, me hace ser vulgar, incluso con cosas sucias, tengo que cambiar de canal. Como se hacía en mi época «de la piedra»: cuando un libro era bueno, lo leías; cuando un libro te hacía daño, lo tirabas".

2.La fantasía mala

Cuidado con "la fantasía mala, la fantasía que mata el alma". "Si tú, que eres joven, vives conectado a la computadora y te conviertes en un esclavo de la computadora, pierdes la libertad. Y si tú buscas en la computadora programas sucios, pierdes la dignidad". Tanto en la televisión como en Internet "hay cosas sucias, que van de la pornografía a la semi-pornografía".

3. Los programas vacíos

Atención también "a los programas vacíos, sin valores: por ejemplo, programas relativistas, hedonistas, consumistas, que fomentan todas estas cosas". "Nosotros sabemos que el consumismo es un cáncer de la sociedad. De eso hablaré en la próxima Encíclica, que saldrá este mes".

4. En un lugar común de la casa

Las computadoras y los televisores deberían estar en un lugar común de la casa. "Hay padres muy preocupados que no permiten que haya computadoras en las habitaciones de los chicos: las computadoras deben estar en un lugar común de la casa. Estas son pequeñas ayudas que los padres encuentran" para evitar que los hijos se expongan a todo este tipo de material

5. Esclavo

"Estar demasiado apegado a ordenadores, teléfonos móviles, etcétera hace daño al alma y quita la libertad: te hace esclavo de esos medios. Es curioso, en muchas familias los papás y las mamás me dicen: «Estamos en la mesa con los hijos, y ellos con el teléfono móvil están en otro mundo»".

"Es cierto que el lenguaje virtual es una realidad que no podemos negar: debemos llevarla por el buen camino, porque es un progreso de la humanidad. Pero cuando nos lleva fuera de la vida común, de la vida familiar, de la vida social, y también del deporte, del arte y nos quedamos pegados al ordenador, eso es una patología".