Publicado el jueves 6 de noviembre de 2014
Científicos querían investigar a los pingüinos emperadores de la Antártida, y enviaron un rover, un drone con ruedas. El problema era que los animales lo trataban mal y no lo aceptaban en su entorno. ¿La solución? Infiltrar al robot, pero disfrazado de pingüino.
De esta forma, el drone con un peluche arriba suyo, fue admitido por sus compañeros. Ahora los especialistas lograron filmar a los animales en su hábitat natural sin ser rechazados.