Publicado el martes 28 de octubre de 2014
Benjamin Bradlee, el legendario editor que lidero la sala de redacción de The Washington Post durante 26 años, falleció la semana pasada en su casa de Washington por causas naturales.
Bradlee vivió su época dorada como editor del Post entre 1965 y 1991 y pasara a la historia como una de las figuras centrales del escándalo del Watergate.
Con ese caso el diario dio un paso más en su consolidación como uno de los grandes diarios, gracias a la habilidad y persistencia de Carl Bernstein y Bob Woodward. Sus revelaciones sobre el espionaje al Partido Demócrata condujeron a la caída del ex presidente estadounidense Richard Nixon en 1974.
Durante su época al frente del Post, Bradlee duplicó su nómina de empleados hasta alcanzar los 600 trabajadores y el presupuesto dedicado a la información se incrementó de tres a sesenta millones de dólares.
Bradlee impuso de inmediato disciplina en la redacción, cambió estilos y elevó la calidad con la contratación de nuevos valores. En los últimos 23 años con él al frente, la tirada del diario paso de 446,000 ejemplares a 802,000 y ganó 23 premios Pullitzer.