Publicado el miércoles 28 de septiembre de 2016
Muchos vecinos del asentamiento estuvieron de acuerdo en que el incesante crecimiento vertical registrado allí es peligroso por la ausencia de inspecciones estatales. Pero a la vez mostraron inquietud por una dificultad que, según afirman, acarrearán los controles para quienes consigan permisos de obras: los fletes de los corralones externos no quieren ingresar a los domicilios dentro de la villa.
Ahora, para poder ejecutar una obra, los residentes deberán ingresar un pedido en una oficina que la secretaría tiene dentro de la villa, tras lo cual un equipo técnico conformado por un arquitecto y un trabajador social visitará la vivienda para analizar el caso, corroborar la necesidad de obra y realizar el informe de autorización.