Publicado el lunes 11 de abril de 2016
Recordado como el peor accidente industrial y medioambiental de la historia, la explosión produjo una lluvia radioactiva que pudo ser detectada en la antigua Unión Soviética, Europa Oriental, Escandinavia, Inglaterra e incluso el este de los Estados Unidos. Grandes áreas de Ucrania, Bielorrusia y la actual Rusia fueron altamente contaminadas.
Toda la zona contaminada tiene el acceso prohibido salvo a algunos investigadores y periodistas. Existen estrictos controles militares en los límites de la zona prohibida y un retén del ejército y de científicos e ingenieros dentro, aunque a varios kilómetros de la central, que controlan su estado.