Publicado el miércoles 11 de noviembre de 2015
Al comienzo de la jornada, los responsables de la organización Wifi4Life entregan al vagabundo un router y una batería de recarga de móviles, que lleva en el bolsillo de su abrigo mientras camina por las calles de la ciudad, entregando Wi-Fi a las personas que estén cerca. La señal del router alcanza a 100 metros a la redonda.
La organización no otorga dinero a los "sin techo", sino gastos de comida, alojamiento, ropa e higiene, junto con "algo de dinero suelto". Todo eso equivaldría a unos 400 euros mensuales.
El primer, y hasta el momento el único, vagabundo del proyecto piloto es Kamil Krtil, quien opera en la boca de subte “Dejvicka”, junto al campus de la Universidad Politécnica de Praga.